lunes, 27 de febrero de 2023

Algunos relatos de violencias basadas en género en Colombia

 

“Esto no puede seguir muchachas. Tenemos que parar esa práctica que lastima nuestra intimidad; se nos está llenando la taza. No más, no más muchachas. Unámonos”.

María Betsabé Espinal



Los siguientes cuatro relatos son basados en hechos reales que desde el activismo jurídico con enfoque de género hemos conocido, abrazado y llevado a todas las instancias jurídicas regionales y nacionales; las cuatro compañeras han pedido que sus historias sean contadas como forma de terapia e inspiración a muchas mujeres para que denuncien y se integren a un abrazo sororo y reconfortante:

Relato 1: Soy militante del partido político que llevó a la victoria al alcalde actual y que es fuertemente cuestionado por los actos de corrupción de sus “aliados estratégicos” en las secretarías del municipio. Cierta noche atendí su invitación a un evento público con un grupo de senadores, y en una invitación a bailar una pieza de la música típica me agarró la cola. Lo aparté y corrí pálida del lugar. Al día siguiente me envió un WhatsApp pidiendo excusas que estaba pasado de tragos. Acepté sus excusas y durante cinco meses no ocurrió nada extraordinario. Una mañana en el despacho, que entre otras cosas siempre está solo (ni siquiera su esquema de seguridad) y tiene un arma exhibida, acudí a su llamado. Me ofreció ser su secretaria de gobierno, le dije que, si lo había dialogado con la mesa directiva nacional porque tenía la aspiración un cargo de elección popular, y me dijo que él mandaba en el partido y que disponía de todo el aval para que fuera yo más adelante pero que por ahora quería que estuviera en su alcaldía. Me tomó de las caderas y me tiró en su escritorio, estaba su asta viril erecta, empecé a gritar, me subió el vestido y le tiré una patada en la cara. Corrí desesperada por el pasillo y pude salir. Afuera había dos taxis y un carro particular color gris, y les pedí que me sacaran de allí. Llorando desesperada hice una llamada a la senadora del partido y me dijo que era horroroso lo que había pasado pero que él era un cacique dentro del partido, pues era alfil de uno de los clanes que gobernaban en ese sector de la derecha y por ende no se podía hacer nada. Hice pública mi renuncia a la militancia y actualmente cursa denuncia interpuesta por esos hechos dolorosos aquella mañana.

Relato 2: Ingresé a la Fraternidad Universal de los Hijos de La Luz a mis 21 años, movida por mis ideales de conocimiento y pulimiento espiritual, apartada de la religión. Fui iniciada y el grupo donde hacíamos las sesiones estaba fuera de la ciudad por tanto me tocaba viajar. Desde el primer momento el encargado de mi formación en la primera etapa era un reconocido Hijo de la Luz a nivel nacional, gozó de gran prestigio, pero pedante y engreído. Traté de ser obediente, pero él me humillaba en público diciendo que no tenía talento, que ni tenía ni idea lo que era la Fraternidad Universal. Toda su humillación se acompasaba en privado con acercamientos extraños como decirme cosas indecentes de índole sexual. Empezó a decirme que no tenía novio porque tenía la energía sexual contaminada y que se ofrecía como maestro de tantra. Me alejé totalmente, dejé de ir y en cierto evento de iniciación de dos compañeros de la Universidad todo se agravó: me criticó que busqué formación sobre los Hijos de la Luz en otro equipo y no con él, y que era una inmadura por no aceptar corrección. Esa noche, por no hacerle el feo a su esposa, también miembro de la Fraternidad, accedí a quedarme en su casa. Tarde de la noche ese señor entró a mi habitación y en un acto de vil cobardía me agredió sexualmente. No pude gritar, las lágrimas salieron. Me pidió no decir nada a cambio de cerrarme las puertas del templo. Decidí contar lo que me pasó a dos personas que creí eran de confianza y una de ellas le contó a mi agresor, la otra me acogió. Desde ese grupo se empezó a decir que yo estaba “enamorada” de mi agresor y me pintaron ante los demás grupos que yo era una “casquisuelta” que estaba falta de pareja y atención. Pero aquel grupo que me acogió guardaba un secreto: mi agresor ya tenía antecedentes de agresiones sexuales. Y me aconsejaron denunciar ante los órdenes nacionales de la Fraternidad y en Fiscalía, que ellos me respaldaban.

Intenté suicidarme dos veces. En la primera ocasión me detuvieron mis compañeros de trabajo, en la segunda mi hermana menor. Una luz al final del túnel se abrió cuando decidí confiar por última vez y hablar con Andrés, alguien que de forma extraña había salido de la fraternidad y él me contó del intento de violación de mi agresor a él, y a cinco neófitas más, bajo el mismo esquema de comportamiento: humillarlas y después venderse como el salvador de su energía sexual. Él me llevó ante el Director Nacional de la Fraternidad y me acogieron. Elevé denuncia para activar la ruta de Violencias Basadas en Género y luego lo denuncié en la Fiscalía. Ya tiene orden de captura pues aquellas víctimas, inspiradas por mi valentía, se atrevieron a denunciar. Hoy día llevo el mensaje de empoderamiento femenino en los espacios donde el machismo aún impera y organizo brigadas con distintas ONG para atender casos de violencia sexual en la región.

Relato 3: Ingresé a la docencia universitaria muy joven: a la edad de 25 años tuve a cargo 4 cátedras en una universidad privada. En la primera reunión se me acercó un compañero docente, muy amable, intercambiamos WhatsApp. En la medida que la conversación en temas científicos avanzaba, me preguntó si era soltera o casada, le dije que de mi vida privada muy poco hablo pero que estaba en una relación sentimental ya hacía año y 5 meses. Las invitaciones a salir no se hicieron esperar, siempre evadía excusándome en el arduo trabajo. En una ocasión salí tarde de la Universidad terminando un requerimiento y al ver que ningún servicio de Uber y taxi pasaban por la zona, el profesor en mención se ofreció a llevarme a casa. Al bajarme del carro me robó un beso y lo cachetee. Al día siguiente fui a hablar con el decano y él le dijo que yo era una “perra” y empezaron a ponerme problemas con la ejecución del proyecto de investigación. Con las presiones encima decidí renunciar. Descubrí que el decano y algunos docentes tenían por política controlar los cuerpos de las mujeres a cambio de ascenso en la Universidad para ellas y privilegios en viáticos para eventos externos y acceso a becas para cursar especializaciones y maestrías.

Relato 4: Inicié semestre llena de expectativas porque sería ese en donde daría la asignatura que más esperaba: Semiótica visual. Ese primer día el profesor, como era costumbre según me contaban mis compañeros de semestres superiores en ese momento, no llegó sino faltando 20 minutos para que se acabara el bloque de clases. Su mirada hacia mí desde el primer día fue morbosa: me sentí asqueada con sus miradas e insinuaciones tipo “y tú qué opinas” respecto a ciertos temas. De un momento a otro me lo empecé a tropezar a cada rato en el observatorio de antropología, saliendo del semillero de investigación, y con su frase “el destino quiere que estemos juntos” profundizaba esa distancia. Empezaron los comentarios machistas, pero en mi mente está uno en particular: “a la mujer hay que pegarle, ella tiene que estar en la casa”. Eso generó mi primera confrontación de muchas en esa clase. Me acusó públicamente de lesbiana y que había una sola forma de demostrarle que yo no lo era, y que yo sabía cómo. En el segundo examen a todos nos fue mal cambiando un concepto teórico a su conveniencia y sentada en la banca pensando en lo bajo que me podía quedar el promedio se me sentó, me tocó la pierna y me dijo: “salva a tus compañeros, te espero en la oficina”. Se inventó el tema que la representante del curso debía ir a su oficina a buscar un texto de que sólo tenía él y que era importante para el parcial final, en consenso con mis compañeros fui acompañada de Jorge, quien se quedó en la sala. Entré y apenas le recibí el libro me dijo: “Ah. No sabía que Jorge y tu tenían algo. Sé que eres virgen, quiero desflorarte”. Efectué la huida, llorando. Al día siguiente fui a la Facultad y con la Directora de Programa, por cierto, es mujer, y su respuesta es que hablaría con el profesor. Pero el ataque se intensificó: Me humilló constantemente en la clase con todo tipo de peyorativos y como el tercer examen lo perdí fuertemente me dijo públicamente: “Te doy una tutoría en El Gringo Tuesday el domingo a las 9 de la noche”, fui directamente donde la decana, y su respuesta fue fría: “Ay china, él es así, no le prestes atención”. Decidí hablar con el profesor de Etnolingüística, a quien conocí en un evento académico, llorando desesperada y él me dijo que no me preocupara, que él se encargaría de ese profesor. Curiosamente no me pusieron problemas en la Facultad para cambiar de profesor en el siguiente semestre y más nunca me volví a cruzar con el profesor. Duré 6 meses asistiendo a psicología costeada por mi familia, pues quedaron secuelas fuertes.  

lunes, 30 de enero de 2023

Hacia la construcción de una candidatura progresista en el Pacto Histórico – Frente Amplio (I): escogencia de candidatos

Un candidato político ideal es el resultado de un acumulado en donde confluyen su vida profesional, académica y liderazgo, por un lado; sus ideas de gobernanza, rasgos ideológicos y habilidades de comunicación, en otra vía.

Desde la experiencia de la campaña Petro Presidente se vislumbra un trabajo articulado en la imagen de lo que en su vida política y personal es Gustavo Petro, traducidos en tags como oratoria, conocimiento, aceptación popular, antiuribismo, ecumenismo, pro- paz, medio ambiente, justicia social, protesta social, etc. que es replicable como ejercicio de marketing político en futuras elecciones.

Claramente el perfil del hoy Presidente de Colombia, aunque es inspiración y conveniencia para los liderazgos actuales, en especial en las toldas del progresismo que desean ser alcaldes, gobernadores, ediles, concejales y diputados, no siempre aquellos tags que aún siguen presentes en Gustavo Petro encajan en algunos territorios y/o precandidaturas en donde o no ganó la Campaña del Progresismo o se acepta a Gustavo Petro pero no a quienes alzan sus banderas y luchas.

En el caso del Departamento de Bolívar, de acuerdo con las experiencias electorales progresistas del 2018 (316.670 votos) y 2022 (493.041 votos), es claro que la figura de Gustavo Petro no endosa votos a candidatos a las listas del Congreso y que no logramos en las elecciones territoriales del 2019 la llegada al poder de un número aceptable de candidatos progresistas, y que, como punto de partida la obtención de la única curul del Pacto Histórico Bolívar, se efectuó un trabajo articulado desde la Coordinación Electoral Departamental para, a partir de la apertura del Frente Amplio (ingreso a la campaña presidencial de los Partidos Alianza Verde, ASI; liberales y conservadores progresistas) del candidato Gustavo Petro anunciada en el evento de Verdes con Petro celebrada el 05 de abril de 2022 en Bogotá, introducir a otras fuerzas políticas que en el 2018 no fueron afines a Gustavo Petro, sin recibir las agresiones acostumbradas de sus sectores más marcados ideológicamente del proyecto político. La estrategia territorial puede ser solicitada al Delegado Político del Pacto Histórico para Bolívar Jhonathan Ortiz Arnedo, la cual fue presentada a la Coordinación Nacional y acogida como modelo para futuros ejercicios electorales, con todos los elogios. Acompañada de dicha estrategia territorial, la cual se aspira sea la que se adopte en las campañas de Gobernación y alcaldías de nuestro departamento, se moduló la estrategia nacional de reafirmación de imagen de Gustavo Petro, cuyos tags fueron: amplitud, consenso, pacto nacional, pacto regional, entre otros. Ello nos condujo a transmitir para los municipios del sur de Bolívar (históricamente con votación hacia sectores de derecha) a un Gustavo Petro que respetará, a su llegada eventual a la Presidencia de Colombia, la voluntad popular y que no olvidará a este territorio. Los resultados hablan por sí solos.

Bajo los anteriores presupuestos político-electorales, procedamos a la sugerencia de los criterios de escogencia de candidatos del Pacto Histórico – Frente Amplio para el Departamento de Bolívar.

Un candidato exitoso es el resultado de una votación que supere el umbral/a sus contrincantes. Para ello, debe ser atractivo y estructurado: un 60% corresponde al perfil del candidato y un 40% a la propuesta programática. Cada uno de los ítems poseen ciertos componentes que ayudan a evaluar al candidato; a ello se le suma la conformación de su equipo de campaña, el cual tiene ciertos elementos que se suman al análisis que la Coordinación Departamental del Pacto Histórico Bolívar debe sopesar:


Imagen 1. Elaboración firma Mariale Pacto Histórico. Presentación Tácticas y Estrategias Candidatxs.

Aunado a lo anterior, que corresponde a los criterios técnicos y humanos, la Coordinación Departamental del Pacto Histórico Bolívar debería tener en cuenta también los siguientes criterios políticos de escogencia de candidatos del Pacto Histórico – Frente Amplio a las distintas corporaciones en las elecciones regionales del 2023, que están acompañados de las dinámicas íntimas territoriales:

Militancia progresista reconocida en los municipios, distritos y departamento de Bolívar.

Apoyo a la Campaña de Petro Presidente Francia Vicepresidenta ya sea en primera y/o segunda vuelta.

Abanderado por la Paz Total y haber apoyado el SI en el Plebiscito por la Paz.

Solvencia política representada en votación demostrable (no presumiblemente endosable por la Campaña electoral en torno a Gustavo Petro).

Solvencia económica para costear actos de campaña y logística del día de debate electoral y escrutinios.

Lo expresado por el Comité Político Nacional recientemente es apostarle a ganar en las próximas elecciones territoriales: el escenario ideal es que el candidato progresista sea de las entrañas del Pacto Histórico pero, en caso que no se logre encontrar ese perfil, la mirada debe dirigirse al Frente Amplio, tal y como los actos del hoy Presidente Gustavo Petro lo demostraron. El ejercicio por realizar a cargo de la Coordinación Departamental del Pacto es arduo, demandante de objetividad y prudencia.

¡Éxitos en la tarea! ¡Los sectores alternativos seguimos confiando en ustedes! 

sábado, 10 de diciembre de 2022

Más allá del mito izquierdopático de la Igualdad(e): una reflexión iusfilosófica alrededor de la Igualdad en el Gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez.

Hace varios días la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal lanzó a la opinión pública un tuit desafortunado sobre el concepto de igualdad, a propósito de la aprobación en primer debate por parte del Congreso de la República la creación del Ministerio de la Igualdad, iniciativa promovida por la Vicepresidenta Francia Márquez y respaldada por la bancada del Pacto Histórico:

Fuente: Twitter

Contra todo pronóstico, nuestro Presidente Gustavo Petro le dio una respuesta contundente, muy a su estilo profundo académico que, sin proponérselo, deja sin argumentos a sus contradictores:

Fuente: Twitter

Aunque Gustavo Petro es economista, no se desprende del fundamento filosófico jurídico necesario para dirigir los destinos de un país históricamente fragmentado, violentado y ninguneado. Su respuesta a María Fernanda Cabal motivó traer a discusión el polémico concepto de Igualdad: ¿igualdad entre quienes? ¿para qué la igualdad?

El concepto de igualdad nace con la filosofía griega. Reseñaba David Mercado en sus clases de Derecho Constitucional que los griegos observaron que los integrantes del demos en una democracia debían ser iguales entre sí, porque entonces carecía de sentido hablar de demos como titular del poder político, o en el lenguaje moderno, de la soberanía.

Esta noción de la filosofía griega pasa al Contractualismo Liberal: los seres humanos que firmamos el contrato social que propuso teóricamente Rousseau somos todos iguales porque tenemos idéntica libertad y, por lo tanto, idéntica dignidad, traduciéndose en los Códigos Civiles que expiden posteriormente, como el Napoleónico, el aclamado principio de igualdad ante la ley. Si no somos iguales, no podemos firmar contratos, no somos sujetos de derecho.

Carlos Gaviria Díaz, el mítico ex Magistrado de la Corte Constitucional en alguna disertación sentenció algo clave: Es imposible dar una definición de igualdad.  El profesor David Mercado respondía frente a esa gran realidad que, como concepto, la igualdad tiene extensión y comprensión y para el caso que nos ocupa, extensión infinita y comprensión cero o nula. Si tratamos de rebajar la extensión para aumentar la comprensión llegaremos a una paradoja fascinante: para precisar el concepto de igualdad bajando la extensión y aumentando la comprensión, inevitablemente generaremos desigualdad, si se le agrega cualquier adjetivo al sustantivo igualdad para reducir la extensión y aumentar a comprensión y en la medida en que más se precise el concepto, más desigualdad genera.

En ese sentido, como un concepto de extensión infinita, no podemos crear supuestos fácticos ni jurídicos. Lo anterior es la explicación de la forma en que está redactado el artículo 13 constitucional que consagra el derecho fundamental a la igualdad en Colombia.

Con el nacimiento en Alemania de la doctrina de los test de proporcionalidad y de razonabilidad, surge el concepto de discriminación positiva. La doctrina de los test de proporcionalidad y de razonabilidad encuentra asidero en la teoría jurídica del Tertium Comparatiorum del siglo pasado, cuando al interior del constitucionalismo germánico se planteó el interrogante del cómo operativizar ese derecho a la igualdad consagrado en la Ley Fundamental de Bonn, y se llegó a la conclusión que se debía tomar un elemento que nos permite medir otros dos, el primus y el secundus. Como no se puede usar el concepto de igualdad en términos jurídicos, se usó esta técnica para demostrar que hay discriminación, y si hay discriminación, hay violación del derecho a la igualdad.

Bajo ese criterio, en el inciso segundo del artículo 13 de nuestra Constitución Política se establece la cláusula general de la discriminación positiva. Este inciso implica que el Estado se compromete a crear condiciones para generar igualdad real o ventaja a favor de los discapacitados. Lo anterior nos lleva a plantear las siguientes consideraciones:

1.  ¿Qué implica hablar de igualdad real y efectiva? A partir de la ética y para materializar la Igualdad, deben superarse las problemáticas históricas de discriminación que han existido sobre ciertos grupos o sobre ciertas minorías. Cuando se legisla a favor de ciertas minorías apartadas, humilladas, etc., se está creando por voluntad jurídica una discriminación. El que la ley favorezca a las madres cabeza de familia, por ejemplo, es una discriminación. Aparentemente eso debería ser una violación del artículo 13 de la Constitución Política colombiana. Pero, si se analiza las condiciones de la discriminación, hay que tener en cuenta que las madres solteras la tienen más difícil que una madre en relación normal. Entonces, si se habla de igualdad real y efectiva, el derecho debe procurar ciertas ventajas iniciales a ese grupo histórico-social, para que pueda enfrentar la vida.

2.   ¿Qué implica la discriminación positiva? Reconocer que las circunstancias iniciales de todos los seres humanos no son homogéneas y por ende necesitamos garantías.

Crear un Ministerio de la estirpe como lo propone este Gobierno del Cambio es alcanzar una máxima histórica en un país que establece en su praxis diferenciaciones salariales entre los trabajadores y las trabajadoras; que un sector retrógrado no acepta que una mujer afro sea vicepresidenta y otro sector aún sienta urticaria porque los jóvenes estamos ocupando notables espacios para generar las transformaciones que el Presidente Gustavo Petro ha propuesto.

sábado, 16 de julio de 2022

Shibumi: una visión espiritual y simbólica alrededor del Go.

 

No esperaba que se comportase tan correctamente. La mayoría de la gente de su edad y condición están tan engreídos de sí mismos, tan preocupados por sus cosas, que no se dan cuenta de que el estilo y la forma lo son todo y, la sustancia, un mito pasajero. No es lo que se hace, sino cómo se hace.

Trevanian, 1979.


La palabra japonesa Shibumi 渋み denota la calidad de sencillo, austero, natural, sincero, simple, lo cual ese carácter de imperceptibilidad lo hace sublime y bello. Es identificada por los estudiosos del idioma como una de las cien palabras más hermosas del idioma japonés y es usada en las artes y penetrada en la piel del nipón como la filosofía que encarnan Ikigai, Chowa o Nankurunaisa: vivir sencillo, sobresalir por ser simple y no ostentoso, lo cual acompasa con los principios del Shibusa: simplicidad, espontaneidad, modestia, silencio, naturalidad, cotidianidad e imperfección (Mono, 2013)

Shibumi en la literatura de ficción es una obra escrita por Rodney William Whitaker, o mejor conocido por su seudónico Trevanian, que gira alrededor del apátrida Nicholai Hel y sus distintas etapas de vida hasta el año 1979, en cuya infancia se embebió de la cultura y espiritualidad nipona gracias a un guerrero, para ser en su adultez un asesino codiciado por Estados Unidos, sociedad que él desprecia. Nicholai se hace conocido por haber aprendido a escaparse mentalmente del momento presente y retornar calmado. Es una obra que recomiendo leer si se quiere encontrar en un solo lugar historia, filosofía e idealismo.

Más allá del relato sobre Nicholai que no deja de ser fastuoso y contrario al significado del título de la obra que retrata su vida, se encuentra el cúmulo de enseñanzas espirituales que Occidente debería seguir, apartando el escape de sí mismo y la ausencia del perdón.

En sentido espiritual significa Fuente de Poder/Sometimiento, concepto que es al mismo tiempo complejo o sencillo: quien la conoce enseguida capta que es alguien distinto ya que tiene pureza personal, casi que un estado de perfección por dádiva divina o por merecimiento de una vida anterior (karma); en ese sentido, es una perfección que se logra sin casi esfuerzo alguno por revelación recibida en la niñez ya que se ha subordinado la vida misma a la obtención del estado de Shibumi.

En la tradición oriental se usa un juego llamado Go como Gimnasia Espiritual. Quien la obtiene o, está próximo a ello es el amante más perfecto que se pueda imaginar, pero a la vez, es un asesino si debe matar (entiéndase, por ejemplo, en el sentido de los maestros Jedi que matan en nombre de la fuerza a los del lado oscuro de la misma).

Para lograr el estado de Shibumi se debe tener una inteligencia potente y adquirir una cultura lo más vasta que se pueda; de lograrse esto último, se tiene la certeza de que se puede leer el Libro de la Vida, es decir, se interacciona con la esencia de la fuerza Shibumi.

Las jugadas o situaciones en el juego del Go que son también etapas en los ejercicios espirituales para de algún modo dominar y ser dominado por la fuerza de Poder/Sometimiento, son:

Fuseki: La apertura con una jugada, tomando en consideración todo el tablero.

Sabaki: Tratar de resolver una situación difícil en forma rápida y a la vez flexible.

Seki: Posición neutral donde ninguno de los Jugadores tiene ventaja.

Uttegae: Ejecutar un lance de sacrificio, como el gambito en el Ajedrez, se sacrifica una pieza para destruir más del adversario.

Shicho: Ataque rápido o acelerado para aprovechar una situación coyuntural, se ejecuta con el Sabaki.

Tsuro no Sugomori: Literalmente significa confinar las grullas en su nido es, según los entendidos la maniobra más elegante del Go, tal que quien puede y sabe hacerla es un sensei del Go, que ha alcanzado el Shibumi. Consiste en capturar todas las piezas del contrario. (Trevanian, 1979)

Jugar al Go al mismo tiempo que se busca la perfección espiritual, implica que se debe tener concentración, audacia y autocontrol como cualidades que son los puntos de partida.

La inteligencia se entiende desde el Shibumi como matemático/poeta, de modo tal que la matemática sea arte poética y la poesía ciencia; esto supone entender y ver en cada actuación de la naturaleza la divina proporción y actuar en ella siempre aplicándola. La matemática es concentración y autocontrol (atreverse a pensar) y la poesía es audacia, no lirismo hueco al que Occidente nos ha acostumbrado. El Shibumi es, así, una cualidad inefable del espíritu que es, al mismo tiempo, el espíritu mismo. Él es algo que se descubre en uno mismo y no se logra u obtiene ya que es también arquitectura y jardinería, es decir estética; ese descubrimiento lo han hecho y lo hacen, individuos con un infinito refinamiento ya que en el proceso de descubrimiento se debe aprender muchísimo: matemática como logos y logos como estética; obtener el saber es cambiar espiritualmente puesto que el sabio comprende que Shibumi significa aprehender lo simple. No en vano un gran amigo gallego llamado Bieito Romero, fundador de la agrupación musical Luar Na Lubre me decía que en lo simple está lo complejo, ello te hará sabia, muy en concordancia con el aforismo del budismo zen que esgrime: Cuando un hombre común accede al conocimiento, es un sabio. Cuando un Sabio accede al conocimiento, es un hombre común.

Lo simple o común implica que el que está en la senda de la fuerza que es el Shibumi, tiene una personalidad tranquila que se supera a sí misma invisible a los demás, los demás no lo advierten para no atraer su atención ni la venganza de las masas que son tales por desarrollar una tiranía que enmascara su infinita mediocridad; no se puede perder de óptica que la fuerza Shibumi es Poder/Sumisión donde el espíritu adquiere y descubre el don de concebir posibilidades abstractas en forma de esquemas. Tales esquemas son en sí poesía matemática donde en su ritmo y musicalidad se cristaliza en capullos geométricos (el caos como infinito de probabilidades de permutaciones que él es). Tal cristalización opera a partir de una intensa concentración de la fuerza del espíritu sobre la debilidad de la animalidad. Lo que es malo en cada hombre y en la cultura donde pertenece es en sí el animal interior.

La Fuerza Shibumi permite en medio del Go de la vida descansar tranquilo por períodos más o menos breves o más o menos largos. Retornando al Juego del Go de la vida con la mente fresca que es la mejor manera de entender lo místico, un estado en el cual se sueña despierto porque el espíritu se repliega sobre sí mismo. Este sueño es partir sin salir, es decir, el espíritu se libera sin separarse del cuerpo ya que descubre como dejarse llevar dentro de todas las cosas comprendiéndolas (la Episteme de la ascensión a la Sofía según Aristóteles). Este estado de partir sin salir solo se logra por disciplina y meditación o por las drogas (que es la vía no recomendada, en mi sentir), por lo tanto, es un camino de flores y espinas. El espíritu en reposo se siente unido a la naturaleza porque se reconoce naturaleza, este es el éxtasis, concepto que se ha popularizado como magia o religión.

En verdad, a la María Alejandra que hace algunos años, en la gélida Bogotá leyó aquella historia de Nicholai le hubiera costado expresar lo que hoy plasma, pues las palabras son torpes para hablar de ello porque ellas representan al mundo, pero no a nuestra espiritualidad. Ese estado de reposo, descanso o partir sin salir se bloquea cuando se siente ira u odio.

Por lo anterior, es menester sentir Amor, que es capaz de sentir la unidad del todo y del yo, ya que la meta es retornar al Uno o En, en el sentido pitagórico, donde el uno se desdobla en el todo (En to Pan) pero sigue presente en ese todo como si flotase en él, así como lo han logrado muchos iniciados, en especial Nicholai.

Cuando comprendas totalmente una sola cosa, lo habrás comprendido todo. Shunryu Suzuki, Maestro Zen.

miércoles, 23 de marzo de 2022

¡Adiós Maestros!

 


 



Recientemente falleció uno de los mejores profesores que tuve en la Universidad de Cartagena: el Dr. Luis Jerónimo Espinosa Hackermann, quien impartió sagradamente durante muchos años la cátedra de Derecho Procesal Civil. Siempre me tuvo paciencia, nunca le perdí un parcial y después de ser su estudiante me orientó en el primer empleo que tuve. Le hacía la perseguidora en los pasillos de la Facultad para que me revisara las demandas y me aconsejara sobre estrategias litigiosas. Nunca dejó de sonreír, ni siquiera cuando en plena clase se le hurtaron su móvil en donde tenía acceso a todas las cuentas bancarias; siempre jovial, afable, muy al estilo Flanders, el personaje de los Simpson, una persona que en el caminar denotaba lo que fue: una persona honesta y un caballero del derecho.

Unidos los egresados luchamos por buscar su tipo de sangre y plaquetas, unidos lo lloramos y lamentamos su pronta partida, más sin embargo unidos hoy nos sentimos herederos de una tradición jurídica procesalista con enfoque humanista.

Su muerte me hizo reflexionar, luego de lágrimas en medio de esta pugna por el poder popular, sobre la pérdida de los maestros que han dedicado su vida a formar. El primer maestro que despedí fue Carlos Gaviria Díaz, precisamente hace siete años: teníamos un evento conjunto el 27 de marzo de 2015, cancelado porque desde el 17 estuvo interno en el Hospital Santafe por una afección pulmonar. Gaviria, siempre calmo, exageradamente brillante, el académico que nos dejó sus herejías constitucionales y la herencia hartiana en el ejercicio profesional, una persona que destilaba bondad a dos manos. Debo confesar que aún no supero su muerte, porque en mi sentir está que al menos yo merecía tener un presidente como él, pero las estructuras mafiosas que afean a nuestro Estado Social de Derecho le impidieron que alguien con sus calidades llegase al poder. Tuve la dicha de disfrutar de su presencia en dos ocasiones, pero para mí bastaron para considerarlo un pilar e inspiración en todas las esferas de vida.

Luego falleció Fernando Herazo Girón, el profesor de Sociología General y Jurídica. Una persona alegre, con una didáctica distinta, fue quien un miércoles me agarró de la mano y me dijo, ante una dificultad que tuve en el semillero de investigación liderado por David Mercado: tu lugar es al lado de David haciéndome regresar al espacio donde estuve 13 años de mi vida académica. Le debo mis más profundas reflexiones sobre el comportamiento social y jamás olvidaré las discusiones que se generaban alrededor del positivismo y del concepto de cultura de Max Weber.

En plena pandemia fallece mi profesora de pre-escolar, la seño Nelcy Bonivento. Curiosamente había aprendido a leer a mis dos años por obra y gracia de mi aventajada abuela, y a los cuatro años sólo le hablaba a ella y a mis compañeritos que me había leído La Iliada y La Odisea y que los cuentos de los Hermanos Grimm eran para la gente adulta. Me guio hasta el último suspiro, nunca dejamos de hablar, y celebró conmigo cuando empecé mis pinitos en la docencia mientras laboraba en Grupo Éxito. El Covid-19 se la llevó y me dejó un vacío que nadie, absolutamente nadie ha llenado, ni llenará. La seño Nelcy fue clave en mi vida cuando mis padres se separaron y me apoyó en cada lectura o proyecto loco (como por ejemplo lanzarme a representar a mis compañeros de curso o protestar porque nos quitaron la alimentación escolar).

Cuando un maestro muere, algo de nuestro ser, cuando somos agradecidos, cae el otoño. Aunque a su vez surge, en quienes disfrutamos de las mieles del saber que desprenden los docentes, el deber de continuar replicando lo que en los tableros y su actuar nos han enseñado. Un buen maestro no obliga a que se piense como él, ni supedita la calificación a esa imposición, porque su misión es formar, no convencer; su única pretensión es que se logre la libertad individual a través del pensamiento por sí mismo, porque un estudiante no es un correligionario o un cúmulo de adeptos que adoran como se adora a un mesías.

Un maestro es el entrenador hacia la virtud, es el catalizador del pulimiento intelectual y espiritual. Un maestro es la representación de la intensa diferencia entre el ser erudito y el ser sabio: un maestro no solo conoce la ciencia, sino que se deja sensibilizar de ella, y la aplica a su vida, vive de ella.

Siempre demos gracias a los maestros, sin ellos estaríamos en la eterna oscuridad y en el frío invierno.

¡Adiós Maestros! Nos encontraremos en la Unidad condensada en el Oriente Eterno.

jueves, 10 de febrero de 2022

A propósito del libro “El disenso o el derecho a disentir en la vida política” y el disenso en Cartagena y Bolívar.


Carlos Gaviria consideraba un libro como clásico a aquel que cumplía con el criterio de la brevedad. Textos históricos como “¿Qué es la Ilustración?”, “El contrato social”, “Reflexiones sobre la Revolución Francesa”, entre otros, fueron etiquetados bajo ese importante rótulo.

En uno de mis tantos viajes, como es costumbre, visité al Maestro Rodrigo Llano Isaza, en la sede del Partido Liberal Colombiano, y me obsequió siete libros, de los cuales uno llamó poderosamente mi atención precisamente por su brevedad: “El disenso o el derecho a disentir en la vida política”. Pensé en esa reflexión del emblemático ex Magistrado de la Corte Constitucional y no pude contenerme: me leí el texto en la noche después de un par de shots para sopesar el frío capitalino. El libro es brevísimo: 40 páginas pletóricas de una sabiduría política que en los últimos años no encontraba en Cartagena y Bolívar, al menos en el arte de expresar un desacuerdo sin caer en la manía de joder a la persona con quien se tiene el desacuerdo, recurriendo e inclusive a falsedades o distorsión de la información, aquellas llamadas actualmente posverdades.

Rodrigo Llano inicia su reflexión citando frases de liberales sobre ese concepto: disentir. ¿Qué es el disenso? Para el Maestro, es el contrapeso del poder, es uno de los elementos estructurales para convivir en democracia. Es un estado elevado de inteligencia política en donde expresamos el desacuerdo con quien tiene el poder sin pretender dañarlo. Quien disiente es aquel que controvierte ideas y no cae en la payasada de acabar al otro e hinchar su ego por hacerlo quedar en ridículo.

Además, quien disiente debe plantear trascendentemente cómo pueden superarse esas brechas y llegan a un consenso, en beneficio del interés general.

Sin disenso, se desnaturaliza la democracia. Sin disenso caemos en regímenes totalitarios. Son ejemplos según el Maestro Llano la muerte de Juana de Arco o Jacques de Molay en el caso religioso; en la izquierda Stalin mató a 30 millones de sus compatriotas y Mao a otros 20 millones de chinos solo por pretender disentir; y en el caso colombiano todos hemos sido testigos de muchos ríos de sangre porque la institucionalidad, de forma mefistofélica, silencia a quienes piensan distinto a la ideología subyacente. Por esa intolerancia política y ese afán de homogenizar el pensamiento diverso es que el Estado colombiano ha sido condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en forma reiterada.

Ahora bien, la lectura de mi querido Maestro Rodrigo, como respetuosamente en nuestras largas conversaciones le digo, me compile a hablar de lo que ha sucedido en la política cartagenera y bolivarense en los últimos años: ¿Cómo se disiente políticamente en nuestra ciudad y departamento?

Es una pregunta compleja de responder toda vez que Cartagena y Bolívar históricamente han tenido el problema de varios intereses representados en diversos sectores que persiguen los recursos estatales y dividendos productos del turismo, la pobreza extrema como legitimador del poder político (el uso de la pobreza como slogan de campaña política de los partidos tradicionales), la mercantilización de la política a partir del establecimiento del voto popular para elección de alcaldes y gobernadores, la falta de educación en cultura ciudadana como causal legitimadora de un arcaico poder y en el caso exclusivo de Cartagena la inestabilidad institucional producto de alcaldes elegidos por voto popular y destituidos posteriormente, cuya consecuencia ha sido elecciones atípicas y encargos de alcaldes por el gobierno nacional.

Como corolario, estamos al frente de un ejercicio titánico de la política en donde quien pretende llegar al poder representando alguna bandera de cambio inmediatamente es perseguido, porque eventualmente afectaría los intereses de quienes han saqueado durante años, a la ciudad y al departamento, frenando su desarrollo. Además, la desarticulación de los sectores alternativos facilita la mediocridad y poca altura en el debate, a partir de cabalgadas en superioridad moral, cuyo epicentro de los ataques son las redes sociales y los ataques son personales. Ello ha facilitado la consolidación de los sectores continuistas de la ciudad y el departamento, manteniendo las mismas problemáticas profundas legitimadoras de su poder.

El panorama es desalentador: se recurren a los memes, a la creación de perfiles falsos para desprestigiar al otro, se emplean expresiones groseras en el discurso, se distrae a la ciudadanía con detalles bizarros y no con los proyectos que actualmente cursan en la ciudad. Ninguno de los grupos (los alternativos y los continuistas) plantean un punto de encuentro de cara a la superación de las dificultades regionales. Ninguno invita al consenso previa discusión.

¿Disentir en Cartagena y Bolívar? No. Agredir, perseguir y aniquilar al otro. Y quienes pretendan disentir serán marginados.

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